El Bacon de Sylvester Stallone: una investigación (1)
Mal gusto, estrellas de cine y genios de la pintura
Esta es la primera entrega de un serial de cuatro capítulos en el que contaré cómo una foto de Instagram del salón de la casa de Miami de Sylvester Stallone, desencadenó una pequeña investigación online sobre el cuadro de Francis Bacon que colgaba en una pared.
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Hace ya un tiempo, en pleno confinamiento, me encontré en Instagram con esta imagen.
Cuando la vi, la verdad, sentí cómo una grieta surgía en mi corazón. Contemplar cómo un cuadro de uno de mis pintores favoritos, Francis Bacon, colgaba de la pared de una de esas mansiones horteras llenas de mármol, ásperos tapizados, espejos versallescos y alfombras de dos dedos de grosor, me llenó de tristeza. Leer el texto que acompañaba a la fotografía, sin embargo, añadió al hecho cierto interés pop ya que explicaba que el millonario propietario de esa fantasía chapada en oro era Sylvester Stallone. Sly, Rocky... Rambo.
No tengo muy claro cuando nació mi fascinación por Bacon. Literalmente, no puedo dar una fecha. Y aquí va el primer enigma de esta historia: sé que en un momento indeterminado de mi niñez o de mi adolescencia fui con mi padre a una exposición de su obra en Zaragoza, pero nunca he podido comprobar que se celebrara realmente una muestra de Francis Bacon en Zaragoza.
Y lo he intentado muchas veces. El recuerdo es tan vivo, tan extrañamente recurrente, que de vez en cuando siento la necesidad de volver a internet a investigar sobre aquella supuesta exposición. Como es fácil de imaginar, esa búsqueda me ha llevado a rincones de la web muy, muy poco transitados, en los que se almacena información que no le interesa a nadie como listas de exposiciones, bibliografías, PDFs de trípticos con imágenes de muy baja calidad, oscuros artículos académicos o noticias sin imágenes en las que alguna esperanzada concejala de cultura hablaba de hacer de Zaragoza algo más que la ciudad de Goya.
Descartada totalmente una retrospectiva maña de Bacon de la que seguro que habría sobrevivido algún vestigio, es precisamente una expo dedicada a, efectivamente, Goya la única que, por las fechas, encaja más o menos y en la que consta que hubo un cuadro del pintor dublinés.
Se tituló 'Después de Goya. Una mirada Subjetiva’, y estuvo comisariada en 1996 por el artista Antonio Saura, que seleccionó obras de sesenta y ocho autores cuya obra estaba influenciada de forma reconocida o no, consciente o inconsciente, por el artista aragonés. Entre ellos Picasso, Miró, Giacometti, Pollock, Munch y, obviamente, Bacon.
Supongo que para mi joven cerebrito, enfrentarse a todos aquellos cuadros fue algo impresionante, aunque está claro que el que más me impactó fue el de Bacon ya que, en mi memoria, su obra eclipsó a la de todos los demás y convirtió esa muestra colectiva en una retrospectiva.
El cuadro que seleccionó Saura, en realidad un tríptico enorme de casi cinco metros de largo por dos de alto, fue Three Studies for a portrait of John Edwards, de 1984. Una obra que, según consta en la web de la Fundación Bacon, fue subastada en Christie’s en 2014 y adquirida por un particular por casi 81 millones de dólares.
Haber dado con la pista de esta exposición ha calmado un poco mi curiosidad por saber cuál había sido la primera vez que me había cruzado con Bacon y el origen de mi amor por su obra, sigo sin tener la seguridad total de que fuera allí. Quizá la exposición fuera otra, probablemente nunca lo sabré.
Pero volvamos al salón de Stallone. Tras el shock inicial, decidí que quería saber algo más de aquél cuadro. Saltando de link en link llegué al origen de la foto: un reportaje que la revista AD había dedicado a la mansión miamense del actor en 1997. Según el texto, el cuadro se titulaba Isis and the Sphinx y había sido pintado por Bacon en 1983. Pero entonces ocurrió algo inesperado: aquél cuadro no aparecía en ningún catálogo del artista, ni se encontraban referencias a él más allá de la del propio artículo. ¿Qué estaba ocurriendo aquí? ¿Le habían colado al bueno de Sylvester un Bacon falso?
Me propuse aclarar el misterio. En la siguiente entrega contaré cómo comenzó mi investigación sobre el cuadro y su origen y hablaré un poco más sobre la mansión del actor.